Corazón Espiritual del Valle de la Eterna primavera
En el centro histórico de Abancay, frente a su acogedora Plaza de Armas, se alza imponente la Catedral de Abancay, un santuario que combina la herencia histórica con una presencia contemporánea que invita tanto a la contemplación como al encuentro comunitario.
Construida originalmente en 1645, cuando el Padre Domingo Cabrera de Lartaún colocó su primera piedra, este templo ha evolucionado como testigo silencioso del desarrollo de Abancay. Su estructura actual, renovada completamente en 1970 bajo la visión de Monseñor Enrique Pélach y Feliú, se distingue por sus líneas modernas y sobrias que, lejos de imitar estilos coloniales, proyectan una identidad propia y auténtica.
Lo que hace verdaderamente especial a esta catedral no es solo su arquitectura, sino su palpitante vida interior. Al cruzar sus puertas, uno percibe inmediatamente que este es un espacio vivo, un verdadero centro neurálgico donde converge toda la actividad pastoral de la diócesis. Sus naves se llenan diariamente de fieles locales, pero también acogen con los brazos abiertos a visitantes y turistas que buscan conocer la esencia espiritual de Abancay.
Bajo la advocación de la Virgen del Rosario, patrona del valle entero, la catedral se transforma cada 7 de octubre en escenario de una de las celebraciones más emotivas y coloridas de la región.
Las vísperas iluminan el cielo abanquino con fuegos artificiales mientras los grupos musicales ofrecen serenatas que acompañan la degustación del tradicional ponche. El día central, la solemne misa presidida por el Obispo y la majestuosa procesión de la venerada imagen por las calles de la ciudad, constituyen una experiencia cultural y espiritual que ningún visitante debería perderse.
La Catedral de Abancay ha sido erigida canónicamente como parroquia, con el nombre de EL Sagrario yestá administrada por la Parroquia El Sagrario.
FIESTA PATRONAL:
El 07 de Octubre se celebra a su patrona, la Virgen del Rosario. En las vísperas se realiza la Santa Misa y fuegos artificiales y serenata con grupos musicales, con ponche típico para todos. En el día central hay una solemne Misa presidida por el Obispo de la Diócesis y a continuación la Solemne Procesión con la venerada Imagen de Nuestra Señora del Rosario por las calles y plazas de la ciudad.
Para el viajero, la Catedral representa una parada obligada no solo por su valor histórico, sino por ser un espacio donde se puede palpar la auténtica fe viva de los abanquinos. Sus puertas permanecen abiertas como una invitación constante al recogimiento, pero también al diálogo y al encuentro comunitario. Aquí, jóvenes, adultos y consagrados encuentran un hogar común donde compartir y fortalecer sus lazos.
Si desea conectar con el verdadero pulso de Abancay, visite la Catedral ubicada en Jr. Lima s/n, frente a la Plaza de Armas. Ya sea que participe en una de sus celebraciones litúrgicas o simplemente busque un momento de paz en medio del trajín turístico, este templo le ofrece una experiencia auténtica que va más allá de lo visual para tocar lo profundo del alma peruana.
La Catedral de Abancay no es solo un monumento para admirar, sino un espacio vivo para experimentar la calidez y la fe de un pueblo que abre sus puertas tanto al vecino local como al visitante más distante.
